miércoles, 1 de abril de 2015

Conseguir objetivos. Hoy voy a...



Han pasado varios meses desde el comienzo del año, ¿qué tal van esos objetivos?
Muchas veces he cometido el siguiente error: decir un objetivo sin decidir cómo conseguirlo. Es como decir que quieres ir en coche a una ciudad pero no miras antes en el mapa cómo llegar a ella.

Además, en muchos casos, queremos el objetivo ya y abarcarlo todo. ¿Pero cómo se come un elefante? Muy sencillo, bocado a bocado. Luego es cuestión de gustos si lo queremos a la brasa, en salsa o con patatas fritas.

Dejando aparte los paquidermos y los guisos, cuanto a más largo plazo está el objetivo, más difuso se termina haciendo el camino. Está claro que de lejos no se ve igual el camino.

Metas

Pocas y definidas, por favor. Yo misma me he hecho un montón de metas abstractas como ser más feliz o gastar menos. El enfoque que más me ha ayudado ha sido “este mes quiero ahorrar X euros”. “Me quiero sacar el nivel A1 del DELF”

Hoy voy a…

Si queremos llegar a los objetivos, hemos de incluirlos en la agenda. Hoy voy a estudiar una hora de inglés, hoy voy a ir al gimnasio, hoy controlaré lo que gasto… Esto nos hace estar más comprometidos y encontrar un hueco. Eso sí, hemos de mirar la agenda. 

No procastinar ni autosabotear

Empezar hoy, una trampa muy común es empiezo el lunes la dieta… No, mejor el próximo lunes… Cuando queremos darnos cuenta, han pasado 52 semanas esperando empezar la dichosa dieta. Lo mismo con el gimnasio o las clases de inglés.

Dosifiquemos las fuerzas

Es una barbaridad una dieta estricta si el día anterior nos hemos puesto a pasteles. No podemos correr diez kilómetros si hace meses que no hacemos deporte. Puede que al principio nos encontremos con muchas ganas, pero ¿luego? Un corredor de fondo no pega el sprint al salir de la meta.

No nos mortifiquemos si nos equivocamos.

De los errores se aprenden y a veces es necesario convocar el gabinete de crisis. Tampoco es el fin del mundo. Si no tropezamos, no nos damos cuenta de que estamos equivocados.

5 comentarios:

  1. Creo que los que más me ha costado aprender han sido las dos últimas, pero últimamente he mejorado respecto a eso: le doy tiempo a las cosas, a los cambios, soy más gradual y más calmado. De igual manera, ya no me culpo ni me mortifico cuando hay un error o algo no sale como lo esperado. Ambas actitudes problemáticas aún afloran a veces, pero muchísimo menos que antes

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    1. Muchas gracias por tu experiencia. Me gusta bastante que no te culpes ni te mortifiques si algo sale mal. Uno pruede aprender sin necesidad de autoflagelarse.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo.
    : )
    P.D. ¡Ánimo con el DELF!

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  3. Muy buenos consejos a seguir. Sobre todo metas definidas y pocas, que muchas veces nos envalentonamos, y empezamos a decir todo lo que queremos hacer, y al final no hacemos nada.
    Un beso Nuria.

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