Soy una persona a la que le cuesta mucho levantarse. Voy
andando por la casa como un zombie a
paso de nazareno mientras intento cumplir mis rutinas y llegar al trabajo a una
hora prudencial. Envidio profundamente a
quienes son capaces de levantarse de un salto y en 30 minutos asearse, vestirse
y tomarse un buen desayuno. Yo necesito
al menos 45 minutos para levantarme y estar al cien por cien.
Poco a poco estoy encontrando trucos para llevarlo del mejor
asunto posible. La clave está en preparar todo lo posible por la noche.
Dejar la ropa preparada
Así evito debates zombies
conmigo misma diciéndome que la ropa me queda fatal. Me estreso mucho y ya me
voy al trabajo de peor humor. Dejo preparado todo, incluso la ropa interior y la mochila del deporte si
voy a Pilates.
Desayuno
El desayuno es fundamental para empezar el día con energía. Si
no dejo preparado nada, corro el riesgo de desayunar leche con cereales todos
los días. Me he dado cuenta que varío el desayuno si me apunto la noche anterior
en la pizarra qué me toca y si está en la nevera. Si quiero una tortilla, salchichas de tofu o
algo que se pueda dejar hecho el día anterior, lo dejo ya preparado. También me
dejo la taza y el sobrecito de té al lado.
Tentempié a media mañana
Lo incorporaré a mi rutina cuando me reincorpore al trabajo
y lo apuntaré en la pizarra. Hay que tener en cuenta el tipo de jornada que
tenemos y a la hora de la comida. En mi caso,
trabajando de 7:30 a 15:00 horas y sumándole 20 minutos en cada
desplazamiento, es normal tener hambre dos veces (a las 10:00 y a las 13:00). El no llevar nada hace que uno tome por asalto
las máquinas expendedoras y dicho sea, al final de mes es un dinero; o que
llegue a casa con un hambre leonina y devore todo.
Acostarse a una hora prudencial
Para levantarse con energía es necesario dormir bien para
cargar las pilas. Sin embargo, es muy normal desvelarse hasta las tantas viendo
la tele (en muchos casos haciendo zapping para encontrar algo para ver) o en mi
caso la lectura. Mi reto está en intentar acostarme a una hora que me permita
un buen descanso.
Es verdad, ¡que trabajo cuesta levantarse por las mañanas!
ResponderEliminarLos consejos que das en el artículo son fundamentales. Yo soy de las que me levanto después de 10 minutos de pensar lo que tengo que hacer y aprovecho para estirar un poco en la cama, pero reconozco que tengo que acostarme más temprano, y ese es uno de los propósitos que hice a la vuelta de las vacaciones y que estoy cumpliendo.
Seguro que lo consigues, un beso.
Carmen.
También soy de las necesitan esos diez minutos debatiendo consigo misma.
EliminarYo debo ser muy rara, porque aunque me cuesta levantarme como al que más, siempre me levanto con mucho tiempo de antelación a la hora en la que entro a la oficina y además de arreglarme me dejo la casa recogida.
ResponderEliminarTodas las rutinas de las que hablas las sigo desde que era una mica. Supongo que mi madre nos las impuso de pequeños y es una gozada cuando te levantas tener las cosas listas.
¡Besos mil!
De niña las seguía, de adulta las perdí y vuelvo a recuperarlas
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