Llevo seis meses con en los que el minimalismo ha entrado en
mi vida. Al principio empecé tímidamente con el uno al día, ya había dado el primer paso. Seguí varios uno
al día, hasta que me armé de valor e hice la primera ronda de una limpieza de
armario.
Revisando mis pertenencias, me encontré un montón de objetos
de cuya existencia no me acordaba. Sigo asombrada viendo que la capacidad de
acumulación del ser humano occidental es infinita.
En ese tiempo, aunque he hecho algunas compras
compulsivas, he encontrado una serie de
ventajas. El aprendizaje es una gran experiencia. Todavía tengo mucho camino
que recorrer, pero ya estoy viendo
muchas ventajas.
Menos saturación
Veo algunos huecos en mi armario o mis cajones y me siento
bien al ver todo menos recargado. Tengo menos sensación de agobio en los
lugares que guardo mis cosas.
Más orden
Soy una persona terriblemente desorganizada. El desorden es
un mal hábito que deseo erradicar. Al tener menos cosas, estoy buscando un
hueco para cada una de ellas. Las partes que tengo organizadas están más
ordenadas y me encanta verlas así.
Más libertad y tiempo libre
Cuando compramos algo, no solamente gastamos dinero, sino
que tenemos que buscar un hueco y luego hay que ocuparse de eso que compramos.
Como mínimo, hay que limpiar el polvo periódicamente.
¿Por si acaso?
Muchos de los por si acasos luego no llegan a ser tal.
Guardo este pantalón por si adelgazo. Igual vuelve a llevarse de moda este
vestido. Por si acaso voy a una boda. En muchos casos es una forma de aferrarnos
a objetos que no necesitamos.
¿Realmente necesito esto?
Es la pregunta aguafiestas por excelencia para compras
impulsivas. Un gran porcentaje de veces la respuesta es “no”.
Tener sólo cosas que me gustan
Me gustaría abrir un día mi armario y que el 100% de mis
prendas me gusten. Quiero que todos los libros de la estantería me encanten.
Ahorrar dinero
Al desapegarte y necesitar menos posesiones materiales, a larga (y a la corta) ahorramos
dinero. Si nos preocupamos por la calidad y cuidamos nuestros objetos, no será
necesario reemplazarlos tan a menudo
Es lo que tú dices, cuando ves una parte del armario o un cajón que está despejado, cada cosa está en su sitio y además está lo que te gusta y nada más; entonces no puedes parar, ordenar y tirar lo que no sirve se convierte en una estupenda adicción que se va extendiendo por toda la casa :-)
ResponderEliminarLo sé, no puedo dejar pasar una semana sin organizar nada. Es un vicio querer ver todo de forma espaciosa y ordenada. Cuando veo algunos cajones bien organizaditos me da un gustirrinín...
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