domingo, 2 de octubre de 2016

Críticas al método Konmari



Hace una semana cayó en mis manos la traducción mexicana de la Magia del orden, de Marie Kondo. Según me han contado, la española no es muy buena, que digamos. Lo metí en el libro electrónico y me dispuse a leerla. Si eres valiente, léela en inglés.

El libro se lee rápido y no se hace nada pesado. Mientras lo leía tenía que refrenar el impulso de coger una bolsa de basura y liarme a tirar cosas. A pesar de mis purgas, todavía tengo bastantes trastos y podrían salir perfectamente diez bolsas de basura de 50 litros llenas.

Mientras tanto, estoy digiriendo el contenido del libro, que se aposente como un guiso y luego haré una relectura.

Es un método muy extremo e incluso autoritario

Funciona genial para gente que prefiere limpiar todo el piso de una y pegarse una megalimpieza para decir: “está limpio”. Sin embargo, no se contempla que haya puntos intermedios como el tirar una cosa cada día. Puedo deducir que funciona muy bien con el impulso inicial de vamos a hacer limpieza a la de ya. Sin embargo, para gente más constante puede funcionar eso de deshacerse de una cosa cada día.

El problema es que hay gente que no tiene ese tiempo ni esa soledad. Muchas veces no es posible encerrarse en casa durante un par de días a tirar trastos. Hay obligaciones personales, familiares…

La sociedad japonesa está  muy jerarquizada y eso se puede entrever bastante en la forma en que M.K. se dirige a sus lectores. Da por supuesto que su método es que funciona para todos y el que hay que aplicar, punto pelota.

Limpiar a solas

Es algo muy importante. Mientras se siente virtuoso por emprender la dura batalla contra el desorden y la acumulación, lo que menos se necesita es un Pepito Grillo preguntando: “¿Realmente vas a tirar/regalar/ eso? Si sirve/funciona/está en buen estado”.

Quédate con lo que te dé alegría

Me encanta ese enfoque y me le quedo. Es un error conservar objetos por culpabilidad, nos hacen sentir mal y ocupan un espacio precioso en casa. Es la excusa perfecta para deshacerse de los regalos del ex, ese horrible jarrón o la chaqueta que nos quita el color de la cara. La autora parte del principio de que en casa uno debe ser feliz y relajarse.

No necesitas organizadores

Habiendo purgando muchas posesiones, no es necesario gastar dinero en ellos. Muy bien, Marie. Muchas veces los organizadores sirven para esconder el desorden. Palabra de una desordenada en rehabilitación.

Muy oriental

Las casas japonesas son muy pequeñas y, como es lógico, no caben demasiadas cosas.  Para ella los objetos tienen alma, por lo que es necesario agradecerle los servicios prestados y que descansen bien. Al desechar algo, da las gracias por la enseñanza recibida, aunque sea darse cuenta de que este corte de pantalón no va bien a mi forma del cuerpo. En el fondo es una forma de expresar gratitud, que da bienestar. En un principio me chocó, pero luego entendí la lógica.

Tocar las cosas para sentirlas

Ese punto lo obvio, muchas veces no es necesario tocar todos y cada uno de los objetos. Muchas veces la vista es suficiente para saber si un objeto te da alegría o no.

¿El medio ambiente?

Habla de bolsas de basura, pero no he visto ninguna mención específica al reciclaje. Lo releeré para comprobarlo.

La ropa

No sé qué clima hará en Japón para usar la misma ropa todo el año. Aquí, en la Comunidad de Madrid, es imposible me pueda poner un vestidito de tirantes para ir a un centro comercial o estar por casa en febrero, salvo que esté deseando cazar una pulmonía. Tampoco uso manga larga cuando hace 37º en la sombra. Eso de tener toda la ropa de temporada no me gusta, aunque haya prendas que estén en el guardarropa todo el año como bailarinas o chaquetitas de punto.


Lo bueno de comparar métodos es que uno puede coger un poco de aquí, otro de allí… Esto no es un tema de elegir bandos, para eso está el fútbol y la política. Cuando esté sola aprovecharé para hacer limpieza de armario quedándome con lo que me encante. Utilizamos el 20% de la ropa un 80% del tiempo. Mientras tanto, puedo ir deshaciéndome de una cosa cada día para evitar acumulación.

5 comentarios:

  1. ¡Qué difícil es algunas veces desacerse de algo!
    Creo que a cada uno nos cuesta hacer limpia en determinadas cosas. Todo lo ve útil y necesario. Sin embargo en lo que alegremente tiraríamos no tenemos problemas de hacerlo. La ropa muchas veces es un punto conflictivo, y si tienes hijos, más, ya que crees que les puede servir el día de mañana a ellos.
    Yo cada vez guardo menos, y lo que veo que no voy a usar o que lleva tiempo sin que lo mire si quiera, lo doy. ¡Ojalá pudiera poner un mercaillo como se ven en las películas!, me forraría.
    Un beso Nuria.

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    1. Eso sería genial. Mis amigas y yo hemos intentado compartir ropa, pero no gastamos la misma talla ni tenemos el mismo estilo.
      Un beso Carmen

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  2. Es verdad que es muy drástico, yo por ahora estoy usando otros métodos... el que más es simplemente ir observando durante un tiempo lo que utilizo y lo que no, y así poco a poco voy sacando trastos... los pequeños pasos también son avances aunque se tarde un poco más en ver resultados ;D

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    1. Eso es un gran método, es mejor que el paso grande, el trote que no canse. Un abrazo

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  3. Hola, leí el libro y saqué lo menos quince bolsas grandes, entre objetos, ropa y utensilios de cocina, aún así sigo teniendo cosas que no uso. Me parece bien tirar una cosa cada día y tampoco estoy de acuerdo con tener toda la ropa sacada todo el año, excepto las camisetas de manga corta que las uso todo el año. Los organizadores a mi tampoco me han daso resultado, ocupan espacio y el orden de la ropa colgada por colores, tamaño y textura tampoco porque yo las chaquetas de mayor uso las pongo delante y las de uso ocasional detrás.

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